¿Por qué cambia el sacerdote los colores de sus ornamentos?

  

La misa es un ritual que emplea una gran cantidad de símbolos.

Los colores de los ornamentos representan la espiritualidad de la Iglesia a lo largo del año. El Adviento y la Cuaresma son períodos de espera y preparación para la venida de Jesús, y por ello utilizamos el color morado. La Navidad y la Pascua son una celebración festiva y triunfante del Señor, por eso utilizamos el blanco o el dorado para significar su realeza, pureza y sobre todo, su resurrección. El color blanco también se utiliza para las fiestas marianas y para los santos que no son mártires. El verde, color de plantas y árboles, habla del crecimiento y la esperanza de la vida eterna –propias del tiempo ordinario–. El rojo representa la sangre de los mártires, la realeza de Cristo o el fuego de la fe.

Estos colores nos recuerdan las etapas de la vida de Jesús. La Iglesia marca la celebración del tiempo con un ciclo de estaciones o temporadas —el año litúrgico— que nos invitan año con año a profundizar nuestra relación con Jesús y a fortalecer nuestro compromiso de ser fieles a su mensaje.