¿Busca la felicidad? Entonces, busque lo que necesita

  

Hace algunos años, tenía dificultades en mi vida de oración. Si oraba con asiduidad, vivía fidedignamente, y hacia lo que Dios me pedía, entonces, ¿por qué parecía que mis peticiones no eran escuchadas? A fin de cuentas, Jesús dijo, “Todo lo que pidan con fe en la oración lo obtendrán”. —Mateo 21:22

Afortunadamente, tenía la dicha de contar con un magnífico director espiritual, Al, a quien le expliqué mi dilema. Al sabía que yo era un fanático del béisbol, así que resolvió mi frustración mediante una comparación perfecta.

“Imagínate que hace semanas hiciste planes para esta noche”, me dijo. “Y hoy te pregunto si quieres ver el partido de las estrellas por televisión esta noche. Tú dices, ‘lo siento, pero ya tengo planes’, y yo me digo a mí mismo: ‘¡caramba, este hombre está mal de la cabeza! ¡No puedo creer que no quiera ver el partido conmigo!’”.

Al siguió explicándome que Dios tiene, desde los orígenes del mundo, un plan para nosotros. Me ayudó a darme cuenta lo tonto que yo era al ofrecerle a Dios mis planes “de última hora” y esperar que Dios dejase todo lo demás de un lado, especialmente cuando los planes de Dios, a diferencia de los nuestros, nos llevarán a nuestra verdadera felicidad.

San Ignacio de Loyola nos dice que nos presentemos ante Dios con nuestras necesidades. Con la ayuda de Al, me di cuenta de que había estado pidiendo lo que quería, y no necesariamente lo que necesitaba. Para ser verdaderamente feliz, debo desear lo que necesito. Debo desear el plan de Dios, no el mío.