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Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
1 Tesalonicenses 1:2-4

Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, teniéndolos presentes en nuestras oraciones, recordando su fe activa, su amor entrañable y su esperanza perseverante en nuestro Señor Jesucristo ante Dios nuestro Padre. Nos consta, hermanos queridos de Dios, que ustedes han sido elegidos.
San Pablo saluda a la comunidad cristiana en Tesalónica reconociendo su fe y las obras que llevan a cabo por su fe. Al igual que estos primeros cristianos, nosotros también estamos llamados a hacer obras de amor porque Dios nos amó primero. El don de la fe y la gracia de la esperanza nos sostienen. Escogidos por Dios, estamos invitados a dejar que la fe, la esperanza y el amor echan raíces en nuestros corazones y dirijan nuestras decisiones y obras.
¿Cómo estoy siendo llamado a aceptar profundamente el amor incondicional que Dios me tiene?
¿Qué me inspira a tener esperanza?
(Reza a Dios la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras). Dios, tú nos ofrece los dones de la fe, la esperanza y al amor. Que estos dones me fortalezcan para que siempre pueda ser un más fiel testigo de tú amor para todos.
Amen.
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