Aprendiendo a esperar gozosamente

  

En cierta ocasión me detuve en un restaurante de autoservicio donde se ordenaba la comida y en la ventana donde se recogía, descubrí un anuncio enorme que decía: “cocinamos al momento en que ordena, y esto toma tiempo. Por favor, sea paciente”. El propietario comentó que estaba recibiendo muchas quejas respecto a la comida rápida de parte de los clientes que no recibían con prontitud sus hamburguesas. Y añadió: “Tuve miedo de que algunas de estas personas sacaran la pistola y me dispararan”.

A quienes vivimos en este país no nos gusta esperar. Además, no queremos perder el control. Si nos cuesta mucho trabajo controlarnos mientras se cocina una hamburguesa de media libra, ¿cómo tendremos la paciencia que requiere el crecimiento espiritual? ¿Qué posibilidad existe de que esperemos pacientemente ‘la venida del Señor’? El crecimiento espiritual es orgánico, y requiere que estemos dispuestos a concederle todo el tiempo que sea necesario. Todos podemos practicar “una esperanza gozosa” en nuestra vida de oración. Tratándose del crecimiento espiritual una cosa es cierta: “nadie puede cambiar el curso del río”.?

En cierta ocasión me topé con una versión aumentada de la Oración por la serenidad. Lo que me llamó la atención de ella fue “dame la paciencia necesaria con ?los cambios que requieren de ?un buen período de tiempo”.?Me di cuenta de que necesito ese ?tipo de paciencia, porque quiero ?ese tipo de cambios. Quiero ?que mi orgullo se transforme en generosidad, mi miedo en fe, mi tristeza en alegría, y mi impaciencia en esperanza, sin importar lo que tenga que esperar.